Manta y Vilca: Un llamado de justicia a nuestra memoria

Es 1984 en Huancavelica. Dos hermanas tratan de vencer las adversidades de la época terrorista, con juegos y complicidades propias de la niñez. Pero esa etapa de la vida que debiera ser inocente y feliz se rompe abruptamente cuando las Fuerzas Armadas instalan una base militar en su pueblo y ambas deben afrontar el desamparo y la invasión de sus casas, de sus cuerpos, que muchos deseamos olvidar. ¿Dónde quedan la niñez, los sueños, la vida en un contexto de terror y olvido?

«MANTA Y VILCA – Memoria Escénica» busca contar los hechos de violencia sexual ocurridos durante el conflicto armado interno en el Perú a las mujeres de las comunidades de Manta y Vilca en Huancavelica. La obra se desarrolla en tres espacios de la Casa Pausa (General Suárez, 955, Miraflores) que serán recorridos por las y los espectadores, permitiendo un contacto personal y único con el relato.

Producida por la Asociación Cultural Trenzar, en alianza con la ONG Demus, esta memoria escénica, estrenada el pasado 12 de abril, se presenta en un contexto en el que, según el Consejo de Reparaciones, existen 6,182 víctimas de violencia sexual durante el conflicto armado interno registradas hasta el 2016 Y SOLO UNA SENTENCIA CONDENATORIA. El juicio oral del caso Manta y Vilca, se desarrolla con lentitud, mientras los integrantes de las Fuerzas Armadas, acusados de delitos de lesa humanidad en la modalidad de violación sexual, niegan los cargos. Una realidad que exige justicia.

A continuación, una entrevista con las integrantes de Trenzar: Micaela Távara, Alondra Flores, Mehida Monzón y Carmen Amelia Álvarez.

¿Cómo nace el colectivo “Trenzar”?

ALONDRA: Trenzar nace el año pasado, pero las cuatro venimos trabajando en diversos momentos y nos conocemos de diversos espacios. Hace cuatro años Micaela me escribió y me dijo para chambear juntas. Queríamos hacer algo de mujeres, un espacio de creación, producción y gestión que ha ido tomando forma. Luego se suman Mehida y Carmen, y ya cuando estamos las cuatro decidimos el logo, el nombre, darle todo este concepto que tiene Trenzar, que es un espacio de artivismo feminista. Las cuatro somos artistas escénicas y trabajamos a partir del feminismo diversos ejes como derechos humanos, derechos de las mujeres, y temas de memoria.

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¿Por qué el nombre “Trenzar”?

MICAELA: Porque a nosotras nos interesa mucho el trenzado, el unir diversas vertientes, que cada una siga con su línea, pero que también se puedan mezclar. Por eso utilizamos la palabra «trenzar», porque creemos que en estos momentos lo más importante es el trenzado de la vida. No podemos hacer arte sin pensar en memoria, no podemos trabajar derechos de las mujeres sin pensar en arte y viceversa, por eso se trenza todo.

ALONDRA: No solo es entre nosotras cuatro, en realidad es trenzar con aliados y aliadas de otros espacios y que siempre sea una posibilidad de trenzar entre nosotras y otras personas.

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¿Cómo nace el proyecto “Manta y Vilca”?

MEHIDA: El año pasado Demus convoca a seis actrices para hacer intervenciones y allí conocemos el caso de estas tres mujeres a quienes conocimos en persona y que nos contaron su historia. Luego de esto, nosotras seguimos toda movidas y vino la cuestión de: “Tenemos que sacar a la luz esto. No se puede quedar solo en esta acción”. Porque la acción duraba solo cinco minutos afuera de la sala penal… Y como nosotras somos escénicas, dijimos: “Hay que hacer una obra”. En principio pensamos que la obra podía ser pequeñita, de quince minutos, y ya teníamos como un formato de quince minutos justamente, pero a fines del año pasado decidimos lanzarnos a la piscina y hacer una obra larga. Y allí nació la creación que es «Manta y Vilca», que se inició de un texto pequeño que escribió Jorge Black en el que todos hemos ido colaborando para lo que es ahorita: La memoria escénica. Una creación colaborativa de todos.

MICAELA: Nosotros utilizamos el término colaborativo en vez de colectivo porque nosotras creemos que lo colaborativo implica que cada una va a colaborar desde lo que sabe y desde aquello que no conoce. En el arte o en cualquier proceso supuestamente uno da sus habilidades, sus destrezas; pero para nosotras lo colaborativo implica también hacer desde el lado que no conoces de ti, desde ese lado, también colaboras. Lo colaborativo también implica quitar una identidad personal y convertirlo en algo en lo que todos estemos colaborando. Si algo sale mal, es responsabilidad de todas. Si algo sale bien, es responsabilidad de todas también.

ALONDRA: No sé si has visto que en el afiche lo que tenemos es… una creación de Trenzar. No es una directora o un director o una actriz. Es más, Carmen y Mehida no son actrices en esta obra, son intérpretes, porque interpretan testimonios reales.

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CARMEN: El proceso, como lo ha abordado Micaela, utilizando la metodología colaborativa, hace que todos seamos parte de esa síntesis. Por ejemplo, si el director de arte estaba en el ensayo y le decías: «Mira, queremos tal cosa», su opinión no va a ser desechada porque él es de arte y no de escénicas. Igual al revés. Cuando él ha estado haciendo su instalación, nosotras también opinábamos, siempre con la presencia de las personas que estuviesen en ese momento porque tú sabes perfectamente que si hay alguna desavenencia o algo siempre termina infiltrándose en todos los procesos, entonces algo que para nosotros era muy importante es el clima, el ambiente, que predomine el amor, que predomine el otro para mí, la escucha. Entonces es un poco eso todo el tema colaborativo y porqué no dice en el afiche: “El director tal presenta tal cosa”, porque al final todos somos Trenzar. Todas y todos somos uno y un solo espíritu. Eso también hemos querido mostrar. Cuesta a veces que la gente lo pueda comprender, entender y asimilar, pero… es lo que sentimos y queremos también transmitir y… no sé si sea una suerte de marca registrada, pero sí queremos que sea algo que nos identifique.

MICAELA: Por ejemplo, Alondra y yo somos facilitadoras de gestión y dirección, entonces en el sentido colaborativo nosotras no tomamos decisiones. Todas las decisiones de creación, gestión y producción se han tomado en consenso. Entonces lo que hace el facilitador o la facilitadora es propiciar el espacio para que se dé el consenso y hacer que todas se escuchen. Y las decisiones que tomamos, las tomamos en conjunto realmente…

ALONDRA: Y asumimos todo tipo de responsabilidades también. Como decía Micaela, es facilitar el proceso, no solo de ella, sino de todo. Todos y todas tratamos de tomar una responsabilidad mutua y colectiva de lo que sucede, llegando a un consenso. Lo que pasa mucho es que cuando hay o un director o una directora, este se dedica solo al lado creativo…

Sí, hay estas jerarquías…

ALONDRA: Exactamente. Entonces nosotras buscamos romper con estas jerarquías. Por lo mismo que la producción general la asume Trenzar, buscamos romper con esto y asumir todas su responsabilidad.

MICAELA: Para nosotras es súper importante recordar que nosotras cuatro somos feministas y nuestra metodología de trabajo también. Por eso es importante lo que mencionaba Carmen Amelia. La sororidad, el amor, el respeto, nos es propio, pues nosotras convivimos, no solo nos encontramos en el espacio de ensayo sino que también vivimos juntas, comemos juntas, desayunamos juntas.

Trenzar, en ese sentido, rescata un valor tradicional de nuestra cultura andina: el valor de lo comunitario. ¿Podrían aclarar el concepto de sororidad para los lectores?

ALONDRA: Sororidad es como… la protección y el cariño entre mujeres. Es como la solidaridad, pero entre mujeres. Es protegerte, cuidarte, es querer, quererlas, querernos…

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Volviendo a la obra… Manta y Vilca está basada en un caso real. ¿Cómo a través del caso llegan al proceso teatral?

MICAELA: Voy a hablar del caso real. En los 80s el Perú vive el conflicto armado interno. Entonces los militares colocan bases en diferentes lugares del país. Dentro de estas bases, escogen Manta y Vilca, porque eran lugares donde estaban los senderistas, los subversivos. Para esto, a Manta y Vilca los divide un río, son dos pueblos que están superalejados de la ciudad, la mayoría quechuahablantes hasta el día de hoy y en esas épocas era aún más. Entonces, en 1984 colocan una base militar allí y los militares, durante los años que estuvieron en este lugar, VIOLARON a mujeres de Manta y Vilca. Se calcula que han violado alrededor de 4000 mujeres…

¡¿4000 mujeres?!

ALONDRA: Se calcula.

MICAELA: En el informe de la CVR puedes encontrar los testimonios. La mayoría eran menores de edad, niñas, adolescentes. Está comprobado además, a nivel latinoamericano, que las Fuerzas Armadas utilizaban la violencia sexual como estrategia de guerra y de tortura. ¿Por qué? Porque si tú violas mujeres en un pueblo andino bajo este contexto, lo que haces es generar miedo. Entonces generas miedo no solo a las mujeres sino también a los hombres de esta localidad. Es como una amenaza que te hacen. Estos militares aparte son militares, tienen un poder por encima del campesino o de la campesina. Eran adultos, todos mayores de dieciocho años…

Conscientes además…

MICAELA: Conscientes… violaban a las jóvenes, las llevaban a la base militar o las violaban en sus casas o en el campo, es decir, las violaban en cualquier lugar. Las violaban sistemáticamente además…

ALONDRA: Continuamente.

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MICAELA: Y el método de violación era un método de violación perverso. ¿Qué quiero decir con esto? Que a algunas de ellas las han violado con elementos o las han violado más de cinco, seis, siete, una tropa entera…

ALONDRA: Las raptaban, las utilizaban…

Posiblemente las emborrachaban y las drogaban también…

MICAELA: Las drogaban. Sí.

ALONDRA: Para agregar una cosita a lo que decía Micaela: existe lo que es la Escuela de las Américas, que es un lugar donde formaban a los militares con estas estrategias de guerra. No sólo se violaba para que «declaren» sino para sembrar terror y por tanto acababas con la identidad del pueblo.

La destrozabas. Acababas es poco…

ALONDRA: Muchas de estas mujeres de las que hablan las chicas nos han acompañado. Fueron al estreno incluso, hemos conversado con ellas en diversos momentos…

MICAELA: Han estado en los ensayos…

ALONDRA: Ellas nos han comentado además que muchas veces iban a decirle a sus papás y no podían porque sus papás tenían mucha vergüenza. Si ellos iban a reclamar, los desaparecían, los mataban, los golpeaban…

O los acusaban de terroristas como pasó con muchos inocentes solo por reclamar sus derechos, algo que sucede hasta hoy y que el fujimorismo dejó bien sembrado como estrategia discursiva a sus opositores…

MICAELA: Es importante recordar también que lo que ha ocurrido en Manta y Vilca es un claro ejemplo de cómo el Estado cuando tiene el poder ejerce el terror. Y que eso lo hace no porque estén enfermos como se dice, sino porque es una estrategia de guerra, ha sido una estrategia de guerra, lo hacían conscientemente. Ahora, estas mujeres han tenido hijos además, producto de la violación. Son mujeres que llevan treinta años pidiendo justicia porque cuando ellas denunciaron, no se les creyó… Un grupo lo tiene Demus. IDL, que es otra ONG, lleva los otros casos. Ellas llevan NUEVE años exigiendo juicio oral. Porque no hay pruebas, además, de la violación. La única prueba es el testimonio y los hijos. Lo que los militares alegan es que ellas han sido sus «novias», sus concubinas…

ALONDRA: Sus prostitutas…

Las han prostituido prácticamente…

MICAELA: Claro. Y lo otro también que dicen otros militares es que eso no ha podido suceder porque los militares tenían sus propias prostitutas. Entonces no han violado a nadie porque no tenían ese deseo, porque estaban «satisfechos».

¡Por favor! ¿Cuántos hombres no satisfechos ni con sus esposas ni con prostitutas, buscan otras mujeres para satisfacerse! Más aún si hablamos de hombres dedicados a la milicia, que son quienes más tienden a reaccionar reptilianamente por su mismo entrenamiento…

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ALONDRA: Es importante recalcar que el año pasado, estas intervenciones que hacíamos de las cuales te hablo Mehida, eran para exigir que inicie el juicio oral. El año pasado, durante varios miércoles, ellas iban a la sala penal y nosotras íbamos a hacer la intervención, hasta que se logró hacer el primer juicio oral, el cual se postergó hasta este año. El 17 de abril pasado ellas iban a dar sus testimonios y se suspendió otra vez, porque si todos los militares no daban sus declaraciones, ellas no podían dar las suyas. El militar que faltaba que diera su declaración fue esta vez pero sin su abogado, entonces, como fue sin su abogado, ellas tampoco pudieron declarar. Entonces esa es una estrategia también… y la alargan y la alargan…

CARMEN: Además este alargarlo también es una manera de maltratarlas a ellas porque son mujeres que han tenido que llevar un acompañamiento psicológico constante…

ALONDRA: Mujeres que no viven en Lima…

CARMEN: Y muy aparte de toda la logística que ellas se tengan que trasladar a Lima para declarar en el juicio, estar preparadas mental y anímicamente para el mismo y que…

ALONDRA: Una vez más…

CARMEN: ¡UNA VEZ MÁS! Es como seguir rascando las heridas, es como seguir hundiéndolas y… Ahí te vas dando cuenta. Y antes que me olvide, para agregar a lo que dijo Micaela del caso: Ellas tenían que tener sí o sí un salvoconducto para poder caminar o salir de Manta o de Vilca. Así salgas a la tienda de compras, tenías que necesitar un salvoconducto. Entonces lo que sucedía era que si una iba a solicitar permiso para salir, la violaban. Iban varias juntas, porque pensaban que así no les iban a hacer nada, y a todas las agarraban…

De terror…

CARMEN: Definitivamente no había salida para eso.

(silencio)

MICAELA: Entonces, claro, nosotras, con toda esa investigación, con todo esto que te estamos contando…

MEHIDA: …decidimos hacer una obra, un texto ficticio en el que se crea a dos hermanas que se llaman Manta y Vilca que en la vida real son los pueblos. Es una historia ficticia porque no es que dos hermanas nos habían contado lo que pasó, sino que hemos creado como una especie de híbrido de varias historias que nos han contado. Y termina con un final que todavía no cierra porque esto en la vida real tampoco cierra. Se curan, pero no sabemos qué sucede después de esta curación: siguen viviendo su vida, no viven, se van, viajan… no se sabe. Queda ahí.

CARMEN: Es como un ritual que te va a limpiar por fuera, pero adentro todavía hay mucho más…

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ALONDRA: Es importante recalcar junto con lo que dice Carmencita, que sí, nosotras trabajamos la memoria, pero no es una memoria pasada, no es una memoria con muchísimos casos que se quedaron atrás y que todavía deberíamos seguir hablando, sino, es una memoria latente, porque son mujeres que todavía están en un proceso, en un juicio real… Y tenemos los rostros de estas mujeres, no es que murió tal persona y su padre o su madre van luchando por esa persona sino que SON MUJERES QUE ESTÁN DANDO LA CARA y que se han llenado de valentía y de muchísimo orgullo, porque ellas mismas te cuentan su historia, ¡ellas mismas! Es muy importante hablar de que estamos trabajando una memoria latente, una memoria presente, no es una memoria del pasado.

CARMEN: De hecho comparten una estadística, pero es completamente distinto cuando ves en un papel una historia a cuando alguien te mira y está con nosotras. Definitivamente fue complicado, fue duro, fue de mucho nerviosismo cuando ellas han estado junto a nosotras porque para nosotras era muy importante que ellas estuvieran, no sé si de acuerdo, pero a gusto o cómodas con la manera en que se contaba la historia. Para nosotras era mucho más importante dejar que ellas, como parte de, se sintieran identificadas también. Nos sentimos muy bien cuando, fuera de toda la emocionalidad que hubo en el momento en que estuvieron con nosotras en los ensayos, sintieron que estaba bien lo que estábamos haciendo, que se estaba visibilizando de la manera correcta. Eso también es bonito… si se puede decir bonito, ¿no?

Saber que alguien las toma en cuenta y toma en cuenta su caso…

ALONDRA: Ellas tienen un acompañamiento con Demus, son doce años desde el primer encuentro que tienen. Es más, la psicóloga, que justo es la prima de Micaela, Mariel, las acompaña desde hace un buen tiempo y nos ha acompañado también a nosotras de una u otra forma en el proceso. Sí, ellas han tenido que vivir mucho, probablemente la obra no se acerca a nada de lo que ellas han vivido, pero ellas son mujeres muy valientes. Creo que siempre ellas tratan de darnos a entender que tienen la valentía para seguir adelante.

MICAELA: Y han seguido adelante…

ALONDRA: Sin y con ayuda.

MICAELA: Se han vuelto a comprometer…

ALONDRA: Tienen otros hijos…

MICAELA: Claro, no va ser lo mismo, pero… Pero siguen adelante, ¿no?

Y cuántos casos habrá en el Perú más allá de los registrados… Porque no todas hablan…

ALONDRA: Es importante también decir que no solo habían violaciones del lado de los militares, también hubo del lado subversivo, entonces esa suma es más de lo que podemos conocer.

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MICAELA: Yo creo que uno de los objetivos importantes de Trenzar como organización no tan solo es la parte artística. Creo que para nosotras la parte artística entra en un segundo plano, no deja de ser importante porque se trata de una denuncia que requiere ser muy cuidadosa con la puesta…

Sí, porque es una puesta bien delicada…

MICAELA: MUY DELICADA, pero para nosotras lo importante es que la gente conozca el caso de Manta y Vilca, que la gente sepa lo que ocurrió y lo que hasta el día de hoy ocurre. Ellas son mujeres que están con nosotras aquí, unas mujeres valientes, fuertes, que están buscando justicia hasta el día de hoy. Ese es nuestro primer objetivo.

ALONDRA: Nosotros lo que siempre recalcamos es que si bien el arte no puede hacer justicia legal, nosotras podemos intentar hacer un tipo de justicia social que es posicionar el caso, que lo conozcan muchas personas que no lo conocían.

Creo que esta propuesta del público como un viajante activo dentro del espacio donde suceden los hechos es una manera de acercar más a la gente al caso. Tomando en cuenta esto, ¿qué ha sido lo más difícil dentro del proceso de creación de la obra?

CARMEN: Te cuento un poco cómo fue el proceso. Mehida y yo éramos amigas, nos conocíamos básicamente por chamba y no habíamos hecho ningún proceso explorativo y creativo juntas anteriormente. Entonces se hizo primero un trabajo de exploración para poder llegar a este nivel de complicidad de las hermanas, con muchos juegos. También conocernos nosotras dos y conocer el caso, involucrarnos con el texto y de alguna manera ir paso a paso para poder estar preparadas porque sabíamos… lo denso, si se puede decir, lo fuerte y todo. Tuvimos cerca de mes y medio de exploración neta. Luego continuamos con la puesta en escena en sí. Definitivamente, lo más difícil era llegar a las partes más emocionales y las fuimos trabajando, en realidad, a medida que íbamos estando preparadas. De hecho, hubieron momentos en los que nos dábamos cuenta que dilatábamos y dilatábamos la llegada porque… ¿cómo podíamos manejarlo? Era algo que tenías que lanzarte a la piscina porque nunca ibas a estar completamente lista para poder entrar a esto… y una vez que la comenzamos a trabajar, ya de ahí era una suerte de dejarla correr y dejarla correr… Ahora, de alguna manera, estamos encontrando darle más que un cierre a la puesta en sí, un cierre hacia nosotras, porque demanda muchísimo, no solo la interpretación, sino también la disponibilidad que Mehida tiene para mí y que yo tengo para ella. Entonces, sí, nos exige, así como en todos los procesos creativos, que estemos muy presentes, y que estemos las dos no tan solo para mí porque tenemos al público cerca, sino estar completamente concentradas para yo estar al servicio de ella y que ella pueda estar también del mío. Las dos somos las que estamos ahí, movemos todo… Por suerte las chicas nos han acompañado y también Mariel, la psicóloga, nos ha ayudado muchísimo en verdad… Estoy segura que las cosas podrían ser un poco más difíciles si no hubiese estado ella para poder ayudarnos a entender esos procesos. También hay muchísimo respeto de parte de todo el equipo para el inicio, para poder entrar a estas niñas, entrar a estas adolescentes. Entonces tenemos que hacer un trabajo antes y también al final para poder cerrar y dejarlas también y que no nos acompañen en el día a día porque ya de por sí te influencia, se mete por las rendijas todo este tema.

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¿Qué planes a futuro con la obra? 

MICAELA: Bueno, nosotras tenemos el ideal de poder recorrer muchos lugares de Perú, pero también de fuera, con la obra.

Es importante que lo lleven no sólo a los pueblos sino también a los conos de Lima donde hay bastante población migrante. ¡Cuántas historias habrá ahí escondidas! ¡Cuántas! Se hace necesario seguir insistiendo contra esta injusticia social.

MICAELA: Sí. Exacto. Hay que estar atentos y actuar.


A pedido de los viajantes, la temporada se extiende a los días Sábado 6 y domingo 7 de mayo.

Informes: colectiva.trenzar@gmail.com


Texto: Christian Villegas.

Fotos: Trenzar.